Picture credit score: Wendell Cruz-USA TODAY Sports activities
Traducido por Pepe Latorre
De todos los cambios en la reglas de la MLB, de los que ya se ha hablado largo y tendido, el más discutido podría ser el que tiene el menor impacto en el juego: la prohibición de los shifts. Como ha señalado Russell Carleton, el shift no influyó tanto en los bateadores, estos respondieron con la obsesión por sacar la bola por su lado pure y las defensas reaccionaron haciéndose con algunos outs adicionales cuando los bates fallaban. Se podría argumentar, como claramente lo estoy haciendo ahora, que el efecto principal de la prohibición de los shifts es su impacto en las personas que se dedican a hablar de ellos. En ese sentido, al menos, podemos concluir que es un éxito rotundo.
De verdad que vivimos en el mejor de los mundos posibles, en el sentido de que ya no tenemos que escuchar a la gente quejarse de por qué los bateadores no pueden superar un shift. En ninguna parte fue esto más generalizado que en el humilde reino del toque, donde la gente no podía entender por qué, habiendo visto a relevistas medios anónimos lanzar rectas de más de 90 millas y sweepers con tres pies de caída horizontal, tipos con una musculatura digna de Atlas eran incapaces de lograr un toque en la línea de la tercera base. Todo deporte tiene al menos una cosa que los fanáticos están convencidos de que es fácil, irónicamente, en el béisbol, es una de las más complicadas. El toque es muy difícil.
Pero con el shift teóricamente desaparecido y ese tercera base de vuelta a jugar en tercera, todos podríamos volver a las comodidades del dogma sabermétrico de la period de 2010: el toque es malo, pegar bambinazos, and so on. Solo hay una complicación. La redacción de la regla del shift, para evitar que el segunda base se desvanezca hacia la derecha poco profunda, requiere que todos los jugadores del cuadro permanecieran en la tierra. Esto ha hecho que entre el pitcher y los infielders se cree una gran superficie de terreno que tiene al defensor más cercano a una distancia appreciable. Resultado: solo llevamos disputada una décima parte de la temporada, pero el toque está de vuelta… un poco.
Para nuestros propósitos estamos comparando 2022 con 2023 por una razón muy importante: los lanzadores arruinan todo. No solo cuando van al cajón y agitan sus bates sin éxito, sino que cuando están en el círculo de espera, o incluso antes, condicionan al resto de bateadores. Así que nos quedamos solo con la period DH, lo que también nos permite eliminar otros elementos y solo mirar Peak y Put up-Shift.
Dejo por aquí alguna de la terminología usada en este análisis: Un toque exitoso es aquel en el que no se hacen outs. Esto incluye errores, porque forzar un error es un beneficio directo de poner la pelota en juego. Los sacrificios son lo que te imaginas: el bateador es eliminado y el corredor o corredores avanzan. Las jugadas de squeeze (cuando se toca con un corredor en tercera) son las más complicadas, pero diferenciaremos entre un éxito (el bateador que toca llega de forma segura a base, el corredor en tercera puede anotar o no), un squeeze (el bateador que toca es eliminado, el corredor anota), un éxito sin anotación (el corredor se queda en tercera pero el bateador llega a primera), un sacrificio sin anotación (el corredor se queda en tercera, el bateador es eliminado y un corredor avanza de primera a segunda) y un fallo (ya sea el corredor en tercera no avanza y el bateador es eliminado o el corredor es eliminado en el plato).
Una vez tenemos la terminología clara vamos con una pequeña muestra muy emocionante, comenzando con el toque más limpio, aquel sin corredores y en el que bateador solo intenta alcanzar base. Siempre me encantaron estos toques porque si le preguntas a los fanáticos casuales cuál creen que es el promedio de bateo en estas situaciones, casi todos estarían terriblemente equivocados. Cuando se establece un toque en una situación en la que solo puede ser con el propósito de obtener un hit, el promedio de bateo resultante, año tras año, está en el rango de .450-.500, con 2022 estableciendo un récord con .523.
Bases vacias
Año
Intentos
Éxito
Tasa de éxito
2022
386
203
52.6%
2023
33
18
54.5%
En esta temporada, no obstante, estamos viendo cómo se supera fácilmente esa marca a pesar de que técnicamente el promedio de bateo se ha reducido a .485. Esto se debe a una extraña peculiaridad de los datos: en el transcurso de la temporada 2022, solo un bateador (Sam Haggerty) alcanzó la primera gracias a un error. Por lo normal, ese número es de al menos media docena, y ya hemos visto dos esta temporada.
Un issue importantísimo es que restando el atractivo del shift se ha reducido el número de intentos en normal, dejando el trabajo a los profesionales. Los bateadores tocaron el 0.37% del tiempo con las bases vacías en 2022; ese número, de momento, es 0.33% en 2023. Los toques de bola también han bajado con corredores en base, de 0.93% a 0.72%.
Situaciones de sacrificio (corredores en primera o/y segunda)
Año
Intentos
Éxito
Sacrificios
Fallos
2022
648
167 (26.1%)
383 (59.8%)
98 (15.3%)
2023
58
18 (31%)
28 (48.3%)
12 (20.1%)
Lo más interesante aquí es el hecho de que la tasa de fracaso de los sacrificios es bastante comparable de un año para otro, estamos viendo un aumento en la cantidad de toques en situaciones de sacrificio donde el bateador llega. Es razonable pensar que mientras la fama del sacrificio continúe decayendo los bateadores no irán al cajón asumiendo que cualquier cosa que caiga en el césped es lo suficientemente buena como para recibir algunas palmas en el casco al regresar al banquillo.
Situaciones de squeeze (corredor en tercera y en otras bases)
Año
Intentos
Éxito
Squeezes
Éxitos sin anotación
Sacrificio sin anotación
Fallos
2022
81
26 (32.1%)
15 (18.5%)
5 (6.2%)
5 (6.2%)
30 (37.0%)
2023
12
8 (66.7%)
0
2 (16.7%)
0
2 (16.7%)
Y aquí es donde llega la locura. El 2 de abril Trent Grisham tocó con dos outs, Austin Gomber atrapó y lanzó para lograr el out en primera con facilidad. Parecía demasiado temprano en el año para que Grisham ya fuera esa versión de Trent Grisham. Es como si él tuviera que hacer penitencia por cada de los malos toques que vemos cada año. Ese mismo día, Jake McCarthy hizo un toque y superó a Brusdar Graterol, nuevamente con dos outs en la novena; resultó ser la carrera ganadora. José Azocar conectó uno cuatro días después que el relevista de los Braves, Kirby Yates, lanzó a lo más profundo del jardín derecho. Azocar terminó de pie en tercera.
Todos hemos estado preocupados por la regla del pickoff y la posibilidad de que los corredores pudieran distanciarse mucho de la primera. Lo mismo está sucediendo en la tercera, y es un problema más grave.
Situaciones con corredor zombi (Additional Innings, corredor en segunda)
Año
Intentos
Éxito
Sacrificios
Fallos
2022
61
7 (11.4%)
45 (73.8%)
9 (14.8%)
2023
4
1 (25%)
3 (75%)
0
En honor a Rob Mains, quien escribió el viernes pasado sobre el odiado corredor zombi y su efecto sobre el toque de sacrificio, también saqué los datos de las entradas infestadas. Aunque la muestra es demasiado pequeña para siquiera considerarla, la razón por la que la incluyo es para comparar el “sacrificio de zombis” de 2022 con el estado base tradicional de 2022. Si bien las tasas de fallo en ambos son similares, los toques en extra-innings alcanzan aproximadamente la mitad de frecuencia que los anteriores. Pone de relieve el conservadurismo del béisbol: en las últimas entradas, el sacrificio sigue siendo aceptable y, por lo tanto, los bateadores no intentan llegar tan a menudo.
Tiene sentido cuando consideramos que, en las entradas extras, o al menos en la parte baja de las mismas, ese corredor líder es el único que importa. Una sola carrera y podrías ganar el juego. Pero mi inclinación es que, si bien conseguir esos 90 pies puede parecer todo, hay un aspecto en el toque cuidadosamente colocado que aún importa: llegar a primera significa no acumular un out, lo que le da al equipo dos oportunidades de elevados de sacrificio o de errores de lanzamiento para anotat en vez de uno. El aumento en el volumen refleja que hasta aquellos bateadores menos dotados están tratando de tocar. En todos los aspectos del juego se tiende hacia un equilibrio de toques menos frecuentes y mejores, en la misma línea que las bases robadas antes de que cambiaran las reglas. La eficiencia lo es todo. Quizás el corredor zombi reciba el mismo trato, eventualmente. O tal vez los bateadores no necesiten tocar, porque el corredor tomará la tercera posición por su cuenta.
Thanks for studying
It is a free article. For those who loved it, think about subscribing to Baseball Prospectus. Subscriptions help ongoing public baseball analysis and evaluation in an more and more proprietary atmosphere.
Subscribe now