Picture credit score: Sam Navarro-USA As we speak Sports activities
Traducido por Pepe Latorre
En una impresionante demostraciĆ³n de madurez y disciplina, los Cardinals conservaron la calma esta temporada baja. Aunque acababan de tener su primera temporada perdedora en 15 aƱos y la segunda del siglo XXI, fueron lo suficientemente inteligentes como para darse cuenta de que todos podemos tener un mal aƱo de vez en cuando. Ninguna cabeza rodĆ³. Tanto John Mozeliak como Oli Marmol estĆ”n de regreso para 2024, al igual que el nĆŗcleo del equipo que ganĆ³ la divisiĆ³n en 2022 y luego terminĆ³ en el sĆ³tano en 2023. Hicieron mejoras a travĆ©s de la agencia libre y algunos pequeƱos ajustes a travĆ©s de traspasos. ContinĆŗan en el roster muchos peloteros que fĆ”cilmente podrĆan haber sido despedidos por un equipo que se encontrĆ³ con una adversidad tan significativa por primera vez en casi 30 aƱos.
Tener un panorama divisional que asusta poco hizo que esta decisiĆ³n fuera mĆ”s fĆ”cil. Ninguno de sus cuatro rivales parece ser una dinastĆa en ciernes, por lo que no fue necesaria una renovaciĆ³n del roster para que los Cardinals se postulasen (al menos) como co-favoritos. Es ese mismo grupo de rivales (en varios momentos) mal armados o torpes los que han hecho posible una racha tan larga de victorias prĆ”cticamente ininterrumpidas en St. Louis. Y eso en una period marcada por la volatilidad que casi todos los equipos experimentan de una temporada a otra. La excelencia ha sido el lema dentro de la organizaciĆ³n, pero no siempre ha sido realmente necesaria. Y sigue siendo cierto.
No consideraron seriamente traspasar a Nolan Arenado o Paul Goldschmidt durante el invierno, a pesar de que hubo rumores sobre ambos antes del cierre del mercado de traspasos del verano pasado. En el aƱo uno despuĆ©s del retiro de Yadier Molina y Albert Pujols quedĆ³ claro que Arenado y Goldschmidt (aunque todavĆa son presencias importantes en el campo) carecen de los rasgos de liderazgo que la franquicia siempre ha esperado (e incluso exigido) de sus mejores peloteros. Esta primavera Arenado lamentĆ³ la forma en que se cerrĆ³ mentalmente en algunos de los momentos mĆ”s difĆciles del aƱo pasado y expresĆ³ su convicciĆ³n de que esta vez serĆ” mĆ”s resistente y estarĆ” mĆ”s concentrado.
Sin embargo, sin correr ningĆŗn riesgo, los Cardinals han optado por reforzar su liderazgo. No solo han traĆdo de regreso a dos miembros de los equipos de los Cardinals que alcanzaron cuatro sequence de campeonato consecutivas y ganaron dos banderines (Matt Carpenter y Lance Lynn), sino que tambiĆ©n se han hecho con nuevas caras con credenciales impecables y fama de tener peso en el clubhouse (Sonny Grey, Kyle Gibson y Brandon Crawford). Han incorporado al cuerpo tĆ©cnico a ex peloteros de confianza que jugaron un papel importante en aquellos equipos mĆ”gicos de hace 10 aƱos. Incluso han traĆdo de vuelta a Molina, aunque en un papel un tanto nebuloso y no recurring. Todo lo que estĆ”n haciendo nos cube que son conscientes de una necesidad, de un problema que debe abordarse, pero en realidad no estĆ”n cambiando su modelo ni su idiosincrasia. Creen que el fracaso del aƱo pasado fue una advertencia, pero no algo que les fuerce a acometer grandes cambios. Se contentaron con pequeƱos ajustes.
Una vez que te enfrentas al hecho de que tienes un problema (que has fallado y necesitas hacerlo mejor), puedes reiniciar e intentarlo de nuevo. Sin embargo, si el fallo se repite, nunca mĆ”s volverĆ”s a convencerte de que este reinicio es suficiente. Siempre lo cuestionarĆ”s un poco y te sentirĆ”s cada vez peor con respecto a tus decisiones. Si Arenado sufre otra mala racha alimentada por lo que por momentos se percibe como una falta de resiliencia o concentraciĆ³n, habrĆ” dificultades para darle una tercera oportunidad. Si el equipo vuelve a estar poco motivado o pobremente dirigido, Marmol o Mozeliak perderĆ”n sus puestos de trabajo, porque serĆ” muy difĆcil para todos los involucrados (incluso las propias partes) creer que el interruptor todavĆa puede hacer clic.
āāTodo esto es intangible. Todo es negociable, aunque menos de lo que a veces intentamos convencernos a nosotros mismos. AquĆ estĆ” lo menos malo: un 2024 fallido tambiĆ©n comenzarĆa a cerrar involuntariamente muchas puertas a los Cardinals. DespuĆ©s de esta temporada todavĆa quedarĆ”n tres aƱos mĆ”s de contrato tanto para Contreras como para Arenado. El envejecido cuerpo de lanzadores sĆ³lo seguirĆ” envejeciendo. Este invierno el equipo podrĆa haber tenido varias formas de cambiar las cosas. Arenado todavĆa tiene valor. AdemĆ”s, el equipo podrĆa haber optado por gastar mĆ”s para completar la plantilla en torno al nĆŗcleo existente, y ese nĆŗcleo serĆa lo suficientemente bueno como para convertirlos en los favoritos mĆ”s claros de la Central y en una amenaza mayor para los cocos del Este y Oeste en octubre.
Si esta temporada sale mal no afectarĆ” Ćŗnicamente a las personas que toman las decisiones o a los jugadores sobre los que toman decisiones. TambiĆ©n dejarĆ” a los nuevos tomadores de decisiones con menos buenas opciones que seguir. HabrĆ” contratos no negociables y jugadores en declive. PodrĆa significar el fin definitivo de los Cardinals tal y como los hemos conocido durante los Ćŗltimos 20 aƱos y durante la mayor parte de la historia de la Liga Nacional. El riesgo aquĆ es enorme. Mantener tantas cosas igual (e incluso volver, de alguna manera, a su pasado) supone confiar plenamente en las segundas oportunidades. Puede que los Cardinals lo sepan o no lo sepan, pero han puesto toda la carne en el asador. Si pierden, no podrĆ”n hacer lo mismo.
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