Picture credit score: © John Jones-Imagn Pictures
Traducido por José M. Hernández Lagunes
Los Angeles Dodgers firman al SS/JC Tommy Edman con un contrato de cinco años y $74 millones de dólares, con una opción del membership para 2030.
Sabemos que Edman ha estado en el radar de Andrew Friedman desde hace algún tiempo y, al finalmente adquirirlo en la fecha límite de la temporada pasada, el membership perdió poco tiempo en asegurarse de que se quedaría a largo plazo. Ya retuvieron sus derechos hasta la temporada 2025 a través de una opción del membership, pero eso ha sido reemplazado por un nuevo pacto de cinco años que mantendrá al utility (complementario) en Dodger Blue hasta 2029, con una opción para otra temporada. Hay el aplazamiento obligatorio aquí, con una suma complete de $25 millones a pagar en un período de 10 años, comenzando cinco años después de que finalice el contrato. A todo el mundo le gusta la sensación de encontrarse un billete de veinte en el bolsillo del abrigo el primer día de otoño.
El papel de Edman en impulsar a los Dodgers a su segundo campeonato en cinco temporadas no puede ser descontado–su habilidad para oscilar entre el centro del campo y las paradas cortas fue tanto la razón por la que el equipo lo adquirió como quizás subestimada en su necesidad. Pero es justo al menos alzar una ceja ante una extensión tan rápida para un jugador que ya tiene contrato hasta su temporada de 30 años, dado que produjo casi en el promedio de su carrera en ofensiva, dado que ese promedio es el promedio de la Liga (100 OPS+) o un poco por debajo (95 DRC+). Pero como todo el mundo ha señalado, este tipo de cosas importan menos en el contexto de los Dodgers que en cualquier otro, en este momento. Si es un ligero sobrepago o no es intrascendente, porque no hay coste de oportunidad. Incluso el puesto que ocupará en la plantilla ya le fue asignado a corto plazo, y es uno que pueden liberar comiéndose el dinero más adelante, algo que sus acciones indican que estarán dispuestos a hacer en busca del éxito.
Lo que nos deja esencialmente con la construcción de la plantilla: considera el compromiso con Edman como un nuevo compromiso con el estilo de vida de Enrique Hernández. Es posible que los Dodgers traigan de vuelta a su pequeña leyenda de la postemporada, pero mientras tanto han conseguido, bueno, uno diferente, y uno que puede ocupar mejor los puestos defensivos no receptores más importantes. También habla de la condición de Chris Taylor, que esencialmente expiró ante nuestros ojos en la primera mitad de la temporada antes de tambalearse vacilante de vuelta a la vida en el segundo. Tiene contrato hasta 2025 y, aunque su bate ha fallado más que acertado en los últimos años, su capacidad para tapar un agujero básicamente en cualquier parte del campo ha sido útil. Con Hernández como agente libre y Taylor sólo hasta la próxima temporada, no es sorprendente ver a los Dodgers comprometerse con un jugador que puede replicar su flexibilidad, mientras que ofrece tanto o más con la madera. Rara vez llamativos, fuera de la postemporada, esos jugadores de rol a menudo han permitido a los Dodgers perseguir, alcanzar y acomodar a las estrellas que impulsan su franquicia.
La gerencia siempre ha valorado la opcionalidad, ya sea posicional, contractual o de otro tipo, y la extensión de Edman es sólo una prueba fiscal. Al last, puede parecer dramático decir que Edman completa a Friedman, pero también es literalmente cierto.–Craig Goldstein
Los Mets de Nueva York firman al LD Frankie Montás un contrato de dos años y $34 millones de dólares con una cláusula de exclusión voluntaria después de la temporada 2025.
En nuestra lista de los 50 Agentes Libres de 2025, en la que Montás ocupaba el puesto nº. 46, sus razones para el optimismo/pesimismo se presentaron en la moda del juego Pokémon: idénticas, pero con diferencias cosméticas:
Razón para ser optimistas: No existe el optimismo en relación a Frankie Montás. Es la definición de cantidad conocida. Fichas a Frankie Montás porque tienes que hacerlo, no porque quieras. Es la versión agente libre de [ordenar tu bandeja de entrada tras una semana de vacaciones]/una cita con el dentista.
Con la publicación de este análisis de la transacción el martes después de Acción de Gracias, sería difícil inventar una frase más profética. Los Mets ficharon a Montás menos como una declaración que como una réplica contra las mismas: es el primer acuerdo garantizado de Nueva York en las Grandes Ligas de la temporada invernal, y el primer movimiento fuera del intercambio de Eric Orze por José Siri en un mes. Sorprendentemente, esta adquisición de alguna manera nos cube menos que Siri sobre lo que viene para los Mets esta temporada invernal, y lo que la composición de la plantilla del próximo año se verá como la organización empuja a través de una fase de transición. No sabemos si los Mets continuarán jugando a mantenerse al día con el vecino, ya sea con su rival de la ciudad o el matón de su Liga en Los Ángeles, o si la muy discutida ventana de tres a cinco años del propietario Steve Cohen se está cerrando. Sabemos con certeza que Montás estará allí. Bueno, no físicamente, necesariamente, pero sí en espíritu.
Eso es injusto, quizás. Aunque Montás se perdió casi todo 2023 recuperándose de la cirugía para tratar la inflamación en su hombro de lanzar, regresó la temporada pasada para abrir 30 juegos, después de tener también temporadas completas o casi completas en todo 2020-2022. Esa primera campaña (prolongada) saludable fue la primera de la carrera del diestro, pero aún así es una cualidad conocida. Esa cualidad es la mediocridad. Entre 2020 y ahora, Montas posee un ERA de 4.19, sólo ligeramente peor que el promedio de la Liga durante ese período. Su DRA- durante el período es de 99.4. Hay muy poco espacio entre Montás y el abridor precisamente promedio.
Definitivamente existe la posibilidad de que los Mets obtengan más de Montás, por exactamente una temporada–antes de perderse el 2023, tuvo 4.6 WARP en dos temporadas. Aunque la tasa de ponches estuvo por debajo del 20% durante la primera mitad con Cincinnati, después de un intercambio interdivisional a Milwaukee en la fecha límite subió al 28.7%, la marca más alta de cualquier período en la carrera de Montás desde sus siete juegos como novato en 2015. La tasa de caminatas fue superior al 10% en ambas mitades, un problema que no ha tenido desde que entró en la rotación a tiempo completo, pero las luchas con el comando después de temporadas perdidas no son exactamente infrecuentes para los lanzadores. Montás también vio su disminución de la velocidad de alrededor de una media milla a su regreso, pero sigue siendo una bola rápida con vida a 95 mph.
El DRA- no está impresionado con el trabajo de Montás en absoluto en 2024, independientemente de la franela que portaba, pero es evidente por qué los Mets se sintieron seguros de dar un contrato de dos años que sólo hace honor a su nombre en la forma en que reparte el riesgo. El acuerdo es realmente possible que sólo se extienda en su segundo año si Montas tiene problemas, y si puede recuperar la forma que tuvo durante un par de temporadas (y mostró a rachas el año pasado) estará seguro de volver al mercado de agentes libres el próximo invierno. Si Montás se lesiona o de repente deja de ser eficaz, como ha sucedido con tantos lanzadores de 32 años, los Mets tendrán que pagar otro salario de $17 millones de dólares en 2026.
Pero no será tan difícil que elija romper el contrato–después de perderse todo el 2023 con la lesión en el hombro, Montás obtuvo una garantía de $ 16 millones. Esa mediocre actuación le valió un aumento de $1 millón en términos de valor promedio, y más del doble en garantía complete. Si Montas puede hacer 30 salidas con resultados incluso mediocres, volverá al mercado el próximo invierno.–Ginny Searle
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