Picture credit score: JOHN JONES-USA TODAY SPORTs
Traducido por José M. Hernández Lagunes
El 9 de junio, los Yankees iban una carrera por detrás de los Purple Sox en casa en la parte baja de la novena. Dos sencillos consecutivos de Billy McKinney y Gleyber Torres pusieron las carreras del empate y de la victoria en base para Anthony Volpe. Con la cuenta llena, Kenley Jansen lanzó un cutter por el centro. Volpe conectó un batazo a 110 mph y el Yankee Stadium estalló. Viajó 367 pies y aterrizó a varias filas de profundidad en los asientos … apenas de foul.
En el siguiente lanzamiento, conectó un elevadote hacia las paradas cortas para acabar el partido.
Esta aparición al plato fue una metáfora de la temporada de novato de Volpe hasta la fecha. Durante toda la campaña, parecía estar ya merito, listo para romperla y desarrollar su potencial con una tórrida racha de bateo, pero no ha sucedido. Hasta el sábado, su porcentaje de bateo period de .261 y su DRC+ de 68 es el más bajo de la MLB (mínimo de 200 apariciones al plato). Su gran momento para romperla se está retrasando.
Esto es atroz para los Yankees en varios niveles. El membership desairó a excelentes paradores en corto agentes libres durante las últimas dos temporadas invernales para mantener el puesto vacante para el séptimo mejor prospecto common según el Prime 101 de la pretemporada 2023. Es un chico de la zona—criado en Manhattan y Nueva Jersey—y fue selección de primera ronda. En los entrenamientos de primavera bateó .309/.415/.618 y el equipo le otorgó el uniforme #11, su número no-retirado más bajo, aparte del cero.
El escenario estaba perfectamente preparado para que Volpe arrancara como tiro, pero su bate no ha aparecido. Todo lo que no sea batear va viento en popa. Su DRP de 0.3 indica una defensa promedio en el campocorto. Va de 14-14 en robos de base y ha mantenido un sólido 8.9% de bases por bola (lo que hace que su bajo porcentaje de embasado sea aún más aterrador).
Sin embargo, batear es una parte muy importante del béisbol. Su promedio de bateo de .189 y su BABIP de .237 indican que no está haciendo suficiente contacto en common, y cuando lo hace, no suele ser de calidad. La manera más segura de reprimir un promedio de bateo es con ponches, y está abanicando el 30.5% de sus apariciones al plato, el noveno peor de la MLB (mínimo de 200 apariciones). Una alta tasa de ponches no es una sentencia de muerte para la producción ofensiva: su compañero de equipo Aaron Choose tiene una tasa de ponches del 29.6% y su DRC+ de 153 es el segundo mejor del béisbol, pero eso se debe a su tasa elite de 16.4% de bases por bolas y al hecho de que generalmente destruye la pelota cuando la conecta. No se puede decir lo mismo del campocorto novato.
Volpe ha mostrado algo de potencia y contacto duro. Tiene nueve cuadrangulares y una tasa de bateo duro del 42.7% (bolas bateadas >95 mph de velocidad de salida), muy por encima de la media del 36.0% de la MLB, pero no está haciendo daño con suficiente frecuencia en los lanzamientos en el centro de la zona de strike. En los lanzamientos del “corazón de la zona” definidos por Statcast, batea .234 con una tasa de abanicada y falla del 16.3%. Este es un lanzamiento de un momento anterior en la apaarcición contra Kenley Jansen con el partido en la línea:
No hay muchas conjeturas sobre la mezcla de lanzamientos de Jansen. Lanza cutters el 81% de las veces. Cuando puso un cutter medio-medio a 94 mph en una cuenta de 1-0, que estaba pidiendo que la demolieran. En vez de eso, Volpe abanicó y falló. Contra lanzadores que realmente secuencian múltiples tipos de lanzamientos, es la misma historia. Con demasiada frecuencia adivina mal o es sorprendido fuera de stability, como cuando se entregó demasiado pronto a una bola rompiente y colgante de Brent Honeywell:
Su tasa de contacto world es del 73.4% y su tasa de contacto con la zona del 81.7%. Están por debajo de la media, pero no son terribles. Hay muchos bateadores por debajo de él en ambas categorías, pero el problema es que tiene claros huecos en la zona donde los lanzadores pueden atacarle fácilmente. Echa un vistazo a este grupo de lanzamientos al centro y un poco adentro:
Se trata de un área de la zona de strike en la que los bateadores deberían ser capaces de generar un contacto fuerte, independientemente del tipo de lanzamiento y del movimiento. Volpe ha visto 57 lanzamientos allí y sólo ha conseguido un mísero sencillo. Abanicó en 48 de ellos, falló en 10, conectó foul en 13 y bateó 24 para outs. Incluso el sencillo no fue realmente un “swing”.
Esta es otra sección de la zona de strike en la cual Volpe debería conseguir contacto duro:
Estos son los tipos de lanzamientos que los bateadores diestros han depositado sobre el porche corto del Yankee Stadium en el jardín derecho durante los últimos 100 años. Volpe ha visto 45 de ellos, ha abanicado sólo 22, ha fallado cinco, ha bateado tres foules y ha puesto 14 en juego. Una vez más, sólo ha conseguido un sencillo. Al menos éste no fue un toque, pero fue un roletazo por el centro.
Fue un slider colgante en la zona, y ni siquiera lo golpeó en el aire. En un escenario de juego diferente, podría haber sido un doble play.
Su velocidad de salida y sus números de potencia muestran que puede lograr contacto fuerte cuando consigue el lanzamiento exacto, pero tiene dos agujeros masivos en diferentes áreas de la zona de strike. Esto hace que sea un plan de ataque fácil para lanzadores y receptores, que pueden reventarle por el centro o por arriba y por fuera. No ha sido capaz de hacerles pagar en esas zonas ni una sola vez esta temporada, a menos que se cuente un toque y un roletazo moderadamente duro.
Oswald Peraza, el prospecto número 48 en la lista Prime 101, es un año mayor que Volpe, supuestamente un parador en corto superior defensivamente, y tiene un OPS de .980 en Triple-A este año. Es uno de los prospectos más brillantes de los Yankees por derecho propio y parece estar listo para la MLB. Volpe ganó la competencia durante los entrenamientos de primavera y tiene un bate más alto, pero todavía no se ha mostrado contra los lanzamientos de las Grandes Ligas.
La pregunta obvia es si los Yankees deberían o no enviar a Volpe de vuelta a las ligas menores para solucionar estos agujeros en su swing. Nadie fuera de la organización puede responderla correctamente. Esa decisión se basa no sólo en su rendimiento en el campo, sino también en factores psicológicos y de personalidad. Siguen viéndolo como su parador en corto del futuro, y conserva todo el talento latente para alcanzar ese objetivo. Han puesto tantos huevos en su cesta que es difícil renunciar a él, pero tampoco pueden seguir mucho más tiempo con un out casi automático en la alineación.
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